Imagen vía: Twitter @ADAlcorconFSF

Irene es de Zaragoza y se fue a jugar al filial del AD Alcorcón FSF con 17 años a cambio de que el club le proporcionará alojamiento cuando ella iba a cursar segundo de bachiller. Cuatro años más tarde, sigue en el mismo club, ahora en Primera División y a cambio le pagan la universidad donde estudia Magisterio. 

Ella cree que “se está avanzando en el fútbol sala femenino” pero que aún quedan pasos por dar como que todas las jugadoras de la liga estén dadas de alta en la seguridad social y tengan contratos profesionales.